Estados Unidos y Canadá se están preparando para negociaciones comerciales de alto riesgo el próximo mes, que potencialmente remodelarán miles de millones de dólares en comercio transfronterizo. La revisión del Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) se produce en medio de persistentes tensiones comerciales y podría generar cambios significativos en la forma en que ambos países manejan sectores clave como el automotriz, el lácteo y el energético.
El camino hacia la renegociación
El T-MEC, firmado en 2018, incluye un proceso de revisión obligatorio que comenzará en 2026. El representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, ha señalado las continuas preocupaciones de Washington sobre el acceso al mercado lácteo canadiense, específicamente en lo que respecta a las exportaciones de ciertos productos lácteos. Además, Estados Unidos se opone a las restricciones provinciales a la distribución de alcohol en Estados Unidos, medidas impuestas inicialmente como represalia por los aranceles bajo la administración Trump.
El Primer Ministro canadiense, Mark Carney, afirmó el compromiso de Canadá de proteger su industria agrícola y al mismo tiempo enfatizó el potencial de una mayor cooperación con Estados Unidos en sectores como el automotriz, el acero, el aluminio y el forestal.
Por qué esto es importante
La próxima revisión no trata sólo de los lácteos y el alcohol; se trata del futuro de una relación económica profundamente entrelazada. Canadá depende en gran medida del comercio con Estados Unidos y envía aproximadamente el 75% de sus exportaciones al sur de la frontera. Estados Unidos también depende de Canadá: es el principal mercado de exportación para 36 estados del país.
Se estima que diariamente fluyen unos 2.700 millones de dólares en bienes y servicios a través de la frontera entre Estados Unidos y Canadá, lo que la convierte en una de las asociaciones comerciales más grandes del mundo. Las interrupciones podrían afectar las cadenas de suministro y los precios al consumidor en ambos lados.
Una historia de progreso estancado
Las conversaciones comerciales anteriores entre Estados Unidos y Canadá se estancaron a principios de este año cuando el presidente Trump puso fin abruptamente a las negociaciones después de que un anuncio del gobierno provincial de Ontario iba en contra de sus aranceles. Según el Primer Ministro Carney, esas conversaciones estuvieron cerca de lograr un gran avance en materia de alivio arancelario para sectores como el acero, el aluminio y la energía antes de ser interrumpidas.
Ahora, se espera que esas mismas conversaciones se incluyan en el proceso más amplio de revisión del T-MEC. La pregunta clave es si ambas partes podrán encontrar puntos en común a pesar de las disputas no resueltas y una historia de crecientes tensiones.
Las próximas negociaciones pondrán a prueba la voluntad de ambos países de llegar a acuerdos. No llegar a un acuerdo podría dar lugar a nuevas medidas proteccionistas, perturbar los flujos comerciales y potencialmente dañar a las empresas y consumidores en los tres países del T-MEC.
