El Programa de Evaluación de Automóviles Nuevos de Australasia (ANCAP) está revisando sus protocolos de seguridad de vehículos para 2026-2028, cambiando el enfoque hacia una evaluación más holística que abarque la prevención previa al accidente, la resistencia al accidente y la gestión posterior al accidente. Estos cambios, desarrollados en colaboración con Euro NCAP, tienen como objetivo abordar la creciente complejidad de los vehículos modernos, en particular los eléctricos y los que dependen en gran medida de la tecnología de asistencia al conductor.
Un nuevo enfoque: etapas de seguridad
Durante años, las calificaciones de ANCAP han sido un punto de referencia para los compradores de automóviles, influyendo en las decisiones de compra y empujando a los fabricantes de automóviles a priorizar la seguridad. Sin embargo, a medida que los automóviles se vuelven más automatizados y eléctricos, las pruebas de choque tradicionales por sí solas no son suficientes. Los nuevos protocolos dividen la seguridad en cuatro “etapas” clave: conducción segura, prevención de accidentes, protección contra accidentes y después de un accidente, cada una con el mismo peso en la puntuación final.
No se trata sólo de hacer que los automóviles sean más fuertes en caso de colisiones; se trata de prevenirlos en primer lugar y garantizar una respuesta de emergencia eficaz cuando ocurran. El cambio reconoce el ciclo de vida completo de un accidente, no sólo el impacto en sí.
Cambios clave: ¿Qué es diferente?
Varias áreas específicas serán objeto de un mayor escrutinio:
- Seguridad de los vehículos eléctricos: Los vehículos eléctricos se evaluarán según su capacidad para aislar las baterías de alto voltaje después de un accidente, previniendo riesgos de electrocución para los socorristas. Esto es fundamental, ya que los incendios de vehículos eléctricos son una preocupación creciente.
- Robustez de la asistencia al conductor: ANCAP evaluará la suavidad y confiabilidad de las funciones ADAS, como el mantenimiento de carril y la función de frenado de emergencia. Esto se produce después de quejas generalizadas sobre sistemas intrusivos, y algunos conductores los desactivan por completo. Los datos de la AAMI muestran que el 20% de los conductores australianos apagan el ADAS porque les resulta molesto.
- Controles físicos: La agencia penalizará a los vehículos que carezcan de botones físicos para funciones esenciales como faros, limpiaparabrisas y luces de emergencia. Los automóviles deben ofrecer controles táctiles o dedicar espacio en la pantalla a estas funciones, abordando la frustración de los compradores con las interfaces basadas en infoentretenimiento.
- Prevención de uso incorrecto del pedal: Los vehículos se calificarán según su capacidad para detectar y mitigar errores accidentales del pedal, lo que reduce el riesgo de aceleración involuntaria.
- Accesibilidad después de un accidente: Los automóviles deben asegurarse de que las puertas se desbloqueen y las manijas funcionen incluso después de una colisión, incluso si fallan los sistemas eléctricos.
Actualizaciones de pruebas de choque
Las pruebas de choque tradicionales también evolucionarán:
- Tercer maniquí agregado: Las pruebas frontales de ancho completo incluirán un maniquí masculino para el pasajero delantero junto a los pasajeros traseros existentes.
- Barrera deformable: Reemplazar paredes rígidas con barreras deformables proporcionará datos de despliegue de bolsas de aire más realistas.
- Evaluación de latigazo cervical ampliada: Se agregará el análisis de la estructura del asiento a las pruebas de latigazo cervical.
- Tolerancia cero para fallas críticas: Cualquier resultado de prueba de choque que muestre una “región roja crítica” en un maniquí limitará automáticamente la calificación de un automóvil a cuatro estrellas. Los fallos estructurales graves, como el colapso de los asientos (como se observa en algunas pruebas de MG 3), provocarán una reducción del 50 % en la puntuación.
Por qué esto es importante
Los cambios de ANCAP reflejan tendencias más amplias en seguridad automotriz:
- Electrificación: Los vehículos eléctricos presentan peligros únicos y los estándares de seguridad deben adaptarse.
- Automatización: Las funciones de asistencia al conductor se están volviendo omnipresentes, pero su confiabilidad es crucial.
- Factores humanos: La ergonomía y la usabilidad son importantes: las interfaces mal diseñadas pueden comprometer la seguridad.
“Nuestra función es impulsar continuamente mejoras en todas las áreas de la seguridad de los vehículos, y nuestros protocolos para 2026 lo reflejan”, dijo la directora ejecutiva de ANCAP, Carla Hoorweg.
Los nuevos protocolos no se refieren sólo a calificaciones más estrictas; se trata de establecer un listón más alto para la seguridad automotriz en una industria en rápida evolución. Se espera que el resultado sea una mejor protección de los ocupantes y peatones a través de la prevención activa de accidentes, una mejor protección contra impactos y una gestión más eficaz después de un accidente.























